Parten de la voluntad de hacer un edificio en el que, pese a encontrarse dentro un unos límites con muy
poco margen de actuación, sea el juego volumétrico su mayor característica. Esta voluntad les lleva a
querer que la calidad formal del edificio no está exesivamente supeditada a los detalles de fachada sino
que sea el juego de sombras de los volumenes lo que marque su expresión formal.
Atendiendo a la responsabilidad de hacer ciudad, de pensar no solo en la gente que habite este edificio,
sino también en los que transitan por la calle, crean unos grandes pórticos que atraviesan todo el
edificio, dejando ver el verde del centro de la manzana desde la calle, a la vez que reducen el número
de viviendas en planta baja que siempre tienen problemas de relación a la privacidad, y las pocas que
situan en esta planta las compesan con un jardín en la parte posterior y una zona verde que dejan en el
retranqueo volumétrico y que less dan la privacidad deseada.
Todo el juego volumétrico con retranqueos no solo les ofrece el juego formal deseado sino que les permite
resolver el número de viviendas planteadas en el programa con exclusivamente tres núcleos.
El edificio consta de dos volúmenes: uno bajo rasante y el otro sobre rasante.
Cuerpo enterrado dedicado a Garaje: Este cuerpo ocupa la totalidad de la parcela bajo rasante. Este
patio presenta tres accesos, uno mediante rampa en el lado Sureste, dando acceso al garaje. Los
otros dos están a cota de acera en lado Sureste y Suroeste y dan acceso a los portales.
Cuerpo sobre rasante dedicado a Vivienda: Este cuerpo lo compone una sucesión de volumenes
rectangulares adosados, conformando la esquina de la manzana. Presenta dos alturas diferentes, a
cotas 28,50 y 25,50 de coronación . El volumen presenta una serie de retranqueos alternados respecto
de la alineación. La planta baja es porticada, ocupando una superficie inferior a 1/3 de la
proyección de la envolvente de los volumenes superiores. El número de plantas varía de siete a ocho
plantas.