Las instalaciones solares térmicas son aquellas que aprovechan la radiación solar para producir calor.

Los usos más habituales de estas instalaciones son la producción de agua caliente sanitaria (ACS), calefacción o climatización de piscinas.

A grandes rasgos, los elementos principales que componen estas instalaciones son:

• Paneles solares térmicos: son elemento principal de la instalación y es donde la radiación solar se transforma en calor. Existen de diferentes tipos
• Acumulador de calor: dado que la energía solar es variable a lo largo del día, consisten en depósitos de agua en los que se acumula el agua caliente producida en los paneles para su posterior consumo. Es el elemento que permite que la producción de calor y el consumo no sean simultáneos.
• Circuitos de hidráulicos: la instalación de tuberías y bombas de circulación de agua que permite transportar el calor entre los diferentes elementos de la instalación. Desde la producción hasta el consumo.

Qué beneficios aporta

• Reduce la factura energética: el calor aportado de esta forma evita el uso de energías de origen no renovable como combustibles fósiles (gas natural, gasóleo) o electricidad para su producción.
• Reduce las emisiones de gases de efecto invernadero: el calor aportado por las instalaciones solares térmicas es de origen renovable libre de emisiones de gases de efecto invernadero.

Dónde se puede aplicar

Las instalaciones solares térmicas dependen de que haya sol, es por ello que se necesita un sistema de producción de calor alternativo para los días en los que los niveles de radiación no cubran toda la demanda de calor. Estas instalaciones son aplicables, tanto en edificios existentes como en los de nueva construcción, para la producción de ACS, calefacción y climatización de piscinas.

¿Existen ayudas para este tipo de actuaciones?

Actualmente existen ayudas específicas para la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial Año 2021-2022-2023 *