Término fijo
Es la parte de la factura que pagas todos los meses por tener acceso al punto de
suministro,
independientemente del consumo que hayas hecho. Este concepto también está presente en la factura de la
luz,
pero funciona de forma diferente. Si la cantidad fija que pagas al mes en el recibo de la luz depende de
la
potencia que tengas contratada, en el del gas depende de tu tarifa de acceso.
La gran diferencia es que en el contrato de la luz puedes elegir la potencia, mientras que en el
del
gas no
puedes seleccionar la tarifa de acceso. La distribuidora te aplica una de las cuatro
tarifas en
función del
consumo que hayas realizado durante el año anterior
Término variable
El término variable es la parte de la factura que depende directamente del consumo. Los
meses que más
utilices la calefacción y el agua caliente sanitaria serán los que tengan una factura más elevada. La
energía que has utilizado aparece en kWh y para calcular el importe que vas a pagar se multiplica el
consumo
durante el periodo de facturación por el precio del kWh.
Impuestos
Otro de los conceptos que aparece en la factura del gas son los impuestos. Los consumidores tienen que
pagar
el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, que grava con 0,00234 euros el kWh. Además,
el
IVA en el recibo
del gas es del 21% para la Península y Baleares. En Canarias se aplica el Impuesto General Indirecto
Canario
reducido del 3%, mientras que en Ceuta y Melilla pagan el IPSI (1%).
Alquiler del contador
Los consumidores también tienen que pagar por alquilar los equipos de medida y control del
suministro, como
el contador de gas. El precio del alquiler no lo fijan las comercializadoras y no tendrás que pagarlo si
tienes un contador en propiedad.