- En junio de 2017 se realizó una visita al colegio por parte de personal de la EMVS para revisar las instalaciones
- La rehabilitación y ampliación se dividirá en tres fases, con un presupuesto de 900.000 euros para ello
- En 2016 se barajó cerrar el centro, pero gracias a la presión de la propia vecindad se mantuvo abierto
Antonio Moreno no es un nombre cualquiera para la vecindad del barrio de Lavapiés. Es el nombre del único colegio público de la zona, con un edificio (dos, en realidad, a los que de ahora en adelante calificaremos como A y B) en situación precaria que necesita una urgente remodelación. También es sinónimo de lucha. En marzo de 2016, quien pasase por la calle del Olmo (donde se encuentra la fachada de la escuela) habría podido leer en una pancarta: “No nos rompáis el corazón”. Pero ¿cuál es su historia?
Hace un poco menos de dos años se informó a los padres de que las instalaciones del colegio no tenían las condiciones adecuadas, ¿la solución? El cierre del colegio. La fusión con otro, el Menéndez Pelayo. La decisión unilateral cayó como un jarro de agua fría. Los padres y las madres explicaban que no había más colegios con plazas en el área. Cerrar el Antonio Moreno significaba, forzosamente, su expulsión del barrio. Un barrio, Lavapiés, que cuenta una alta densidad de población infantil. Un barrio también con un espíritu de cooperación arraigado. Así comenzó su lucha.
Desde peticiones en change.org (al fin y al cabo cuatro generaciones del barrio han estudiado en ese colegio) a una publicación de la situación en las webs de Comisiones Obreras y Madridiario, pasando por firmas de más de 35 grupos y organizaciones diversas. El barrio de Lavapiés se movilizó. Pero ¿cómo entra la EMVS en todo esto?
El presupuesto para la rehabilitación será de 900.000 euros, dividido en tres fases. La primera de ellas comenzará en julio de este año 2018 (momento de vacaciones en el que se aprovechará para llevar a cabo las actuaciones pertinentes) y se destinarán 440.000 euros. En cada uno de estos tres momentos o fases se pretende dar respuesta a una problemática concreta:
- Actuaciones de seguridad estructural y de seguridad de uso imprescindibles (urgentes) que es necesario realizar para garantizar la seguridad de las personas y cosas en el uso diario del colegio.
- Actuaciones de adaptación de la instalación a las normativas de protección contra incendios, accesibilidad, seguridad de uso y salubridad.
- Incorporación al colegio de la totalidad del local de planta baja y sótano.
La superficie construida total de todo el colegio (Edificio A y B) es de 4.663,15 m².